lunes, 26 de noviembre de 2012

Desde el recuerdo a Franco y José Antonio, contra el separatismo


Otro año más, el 20-N, santo y seña del patriotismo español, merced al recuerdo imborrable de José Antonio Primo de Rivera y de Francisco Franco, ha sido conmemorado en su lugar natural, la Plaza de Oriente, donde tantas veces el Caudillo de España convocó a los buenos españoles en torno a su persona para defender la unidad, la grandeza y la libertad de nuestra Patria.
Convocados esta vez por el Nudo Patriota Español, el Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española, con el apoyo de Fuerza Nueva Editorial, la web Patriotas, Radio JLD-Unidad Católica, la Asociación In Memoriam Juan Antonio y otras entidades patrióticas, un público fiel llenó el recinto de la Plaza próximo al Teatro Real.
Aunque se ha ganado mucho espacio en el frontal, ante la tribuna, donde antes se colocaban vallas de separación, la densidad y apreturas eran evidentes. Pero así se gana en proximidad y atención entre los oradores y el público.
Sin tribuna, a pie de calle, a la misma altura que nuestro pueblo, que nuestros militantes, los líderes y oradores están al frente con actitud de servicio, como un deber, sin otro privilegio que ser adelantados en el servicio a Dios y a España.
En la imagen, Luis Fernández-Villamea, José Luis Jerez, Francisco Torres, Emilio Mariat, Eduardo Arias, José Luis Corral y José María Caballero.
Presentó el acto José Pedro Cruz, que expuso pormenorizadamente todos los artículos de la Constitución vigente que dan facultades al Gobierno y al Ejército para afrontar el desafío separatista. Leyó también sendos mensajes de Antonio Tejero y de la Asociación "In Memoriam Juan Ignacio González".
Luis Fernández-Villamea leyó una carta de Blas Piñar para los concentrados, donde recordó el espíritu que siempre nos movió a concentrarnos y volvió a recordar las figuras excelsas de Franco y José Antonio.
Emilio Mariat, con ingenio, gracia y documentación puso el dedo en la llaga de las incongruencias separatistas y relató varias anécdotas donde se evidencian sus contradicciones.
José Luis Corral comenzó vitoreando a Cristo Rey en el día de su Festividad litúrgica, recordó a Menéndez Pelayo y su sentencia de que en la medida en la que España dejara de ser católica volvería al cantonalismo y la división.
También repasó la historia de una España bimilenaria a la que siempre perteneció Cataluña como el resto de sus regiones, pues los territorios de España no han sido fruto de una conquista, sino de una realidad geográfica, humana, cultural e histórica anterior a sus regiones, que son posteriores a la misma existencia de España, antiguamente llamada Hispania.
También denunció el crimen separatista y advirtió de las gravísimas consecuencias que podría llegar a tener, sin descartar la guerra y un sufrimiento indecible para millones de personas. Para evitarlo se hace necesario despojar de la nacionalidad española a quienes no quieren ser españoles y privarles de sus derechos políticos en España, dándoles un estatuto de apátridas; hay que disolver a los partidos y organizaciones separatistas y hay que desmontar el tinglado de las autonomías.
Por último, invitó a la unidad, que ya se está produciendo, de las fuerzas nacionales para salvar a España.
Eduardo Arias hizo un extenso repaso a las conquistas sociales y económicas del franquismo, se refirió después a la desastrosa situación a la que nos ha conducido el actual sistema, señalando como responsables a toda la clase política, a la que habría que jubilar. Y enumeró una serie de medidas que son necesarias para reespañolizar a los españoles, hacer frente al separatismo y conseguir la Justicia Social que necesita el pueblo español.
Para finalizar el acto se cantó con toda solemnidad el "Oriamendi". Luego, el "Cara al sol" con el brazo derecho en alto, en ángulo de 45 grados y la mano extendida. Por último, el Himno Nacional, que el público coreó con la letra de José María Pemán.
También asistieron representantes de grupos patrióticos extranjeros, como puede verse en algunas enseñas que ondearon en la plaza, especialmente italianas y francesas.

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