Los Protocolos de Sión, llamados también Protocolos de los
Sabios de Sión, son las actas de las conferencias sobre política estatal,
económica y financiera que un político enteramente compenetrado con los planes
de los dirigentes del pueblo judío pronunció, presumiblemente en sesiones de
logia, acerca del programa a seguir por la judeo-francmasonería. Su autor
desconocido ha escrito:
"Ante nosotros está un plan en el cual, como en un plan
de guerra, está se*ñalada la línea que no debemos abandonar sin correr el
riesgo de destruir el traba*jo de siglos." (Protoc. 1, 17.).
"Puedo aseguraron que hoy estamos a sólo pocos pasos de
nuestra meta. Sólo un corto trecho más y el círculo de la serpiente simbólica,
el símbolo de nuestro pue*blo, estará cerrado. Y en cuanto se cierre el
círculo, todos los Estados de Europa quedarán aprisionados dentro de él como en
un torno." (Protoc. 3, 1.)
Los Protocolos contienen, por lo tanto, un plan de guerra
para el sojuzgamiento de todos los pueblos y la instauración del dominio
mundial judío. Hasta el presente no ha sido posible determinar el autor, la
fecha y el origen de este escrito. De su contenido, empero, y de una serie de
circunstancias puede deducirse con gran seguridad que se trata de un programa
secreto formulado por la judeo-francmasonería, tanto más cuanto que la meta de
la francmasonería, el do*minio mundial, es idéntica a la meta de los Protocolos.
El 16 de mazo de 1873 la Logia Federigo Campanella en Módica presentó al Gran
Oriente de Italia un pro*grama, en el que dice:
"Será instalado un solo Gobierno francmasón para todo
el mundo." (De A. Rosenberg, Das Verbrechen der Freimaurerei, [El crimen
de la francmasonería. (N. del T.)] Munich, 1922, p. 31.)
Y en el Congreso Internacional de Francmasones en París en
el año 1889, el francmasón Francolín declaró, entre otras cosas:
"Somos mejores profetas que nuestros adversarios, y
como tales les gritamos a estos últimos: con toda seguridad el año 2000 sellará
vuestro fin; los síntomas aparecen día a día más infalibles. Llegará el día en
que las monarquías y las religio*nes se derrumben. Este día no está lejano.
Este es el día que nosotros esperamos." (De V. Kreyenbühl, Geheime Míichte
in der Weltpolitik [Poderes secretos en la política mundial. (N. del T.)],
Olten, 1922, pág. 40.)
Para el año 2000 pronosticaba, en consecuencia, el
francmasón, el fin de los Estados nacionales, y curiosamente también pronosticó
el autor de los Protocolos -originados en los años noventa- que aproximadamente
después de un siglo todos los gobiernos habrán reconocido su incapacidad, y ha
de comenzar el domi*nio mundial judío. (Protoc. 15, 1.) Además: el autor secreto
de los Protocolos escribe:
"Agobiaremos de tal manera a los no-judíos que
finalmente se verán forzados a pedirnos un Gobierno internacional, que sin uso
de la violencia será capaz de absorber todos los gobiernos del mundo y formar
un Gobierno supremo." (Pro*toc. 5, 18.)
Los pasos previos para ello son la instauración, ya
realizada, de la Liga de las Naciones y la proyectada fundación de los Estados
Unidos de Europa. Ambos planes se basan en las disposiciones citadas en los
Protocolos 3, 1 y 5, 18, y su realización fue resuelta en el "Congreso de
las Francmasonerías de las Naciones aliadas y neutrales" celebrado en
París del 28 a130 de junio de 1917. Los resultados de las deliberaciones de
este Congreso fueron asentados por el Gran Oriente y la Gran Logia de Francia
en un documento confidencial destinado exclusivamente a los hermanos
francmasones, que más tarde fue descubierto y publicado por Struensee en el
folleto Freiheit, Gleichheit, Brüderlichkeit. [Libertad, igualdad, fraternidad.
(N. del T.)] (Editorial Armanen, Leipzig, 1933.) En este documento leemos:
"Este Congreso ha de tener la misión de encontrar
medios y vías para la funda*ción de una Liga de Naciones... Es indispensable
crear una autoridad supranacio*nal... La francmasonería como preparadora de la
paz se propone introducir esta nueva organización, la Liga de Naciones."
Además se resolvió como segunda medida necesaria -por
supuesto siempre con la invocación de Libertad, Derecho y Humanidad- la
creación de los "Es*tados Unidos de Europa". Lo que los Protocolos
habían sentado veinte años de la Guerra Mundial como punto del programa, fue
materializado por la francmasonería: el gobierno interna*cional ya ha surgido
en sus rasgos básicos como central suprema de las logias, ya que en sus
organismos más importantes sólo deciden francmasones. El Protocolo 5, 18 se
encuentra en el mejor de los caminos de ser realizado. Y severamente según el
plan de los Protocolos y la decisión del congreso francmasón procede el
filosemita "católico" y francmasón de alto grado Conde
Coudenhove-Kalergi con su proyecto de Paneuropa. [Esta concepción
internacionalista que tiene como objetivo la destrucción de la auténtica
sustancia histórica de Europa, nada tiene que ver con la vieja idea de la
unidad de la Europa aria que se fundamenta precisamente en el verdadero
espíritu de la misma. (Nota del Director.)] Si también éste se concreta,
entonces se cierra conforme al Pro*tocolo 3, 1 el círculo de la serpiente
simbólica, el símbolo de Juda, "y todos los Estados de Europa quedarán
encerrados dentro como en un torno". ¿Quién sería capaz de dudar aún de la
autenticidad de los Protocolos como de un programa de política francmasónica?
Porque sólo el iniciado totalmente en los objetivos secre*tos de la
judeo-francmasonería podía más de veinte años antes de las resoluciones del
Congreso de 1917, pronunciarse en los Protocolos por la instauración de un
gobierno internacional como se hizo manifiesto en la Liga de Naciones, y por la
creación de los Estados Unidos de Europa, como sostiene el movimiento
Paneuropa.
Por lo demás, los Protocolos mismos delatan su procedencia,
ya que llevan la fórmula: "Firmado por los Representantes de Sión del
Grado 33". Estamos, pues, en presencia de un documento francmasónico (no,
como hasta ahora se supuso de uno sionista), cuyo autor, como veremos más
adelante, tomó casi todo su conteni*do de un escrito subversivo de un
judío-francmasón. Los Protocolos llegaron por primera vez en el año 1895 a
manos no-judías. Entre las diversas pruebas de su autenticidad como programa de
acción judío, una es irrebatible: el transcurso de los acontecimientos
políticos a partir del año 1895, o sea en los últimos cuatro decenios,
corresponde simplemente en un todo a los princi*pios y disposiciones contenidos
en los Protocolos. Así los Protocolos recomiendan:
- Empleo de la alevosía, el fraude y el soborno (Protoc. 1,
25-27). Son éstos co*nocidos métodos judíos en la vida comercial y en la
política; el caso más grandioso es el fraude perpetrado por la
judeo-francmasonería con Alemania después de la aceptación de los 14 puntos de
Wilson.
- Instigación a la desunión, agitación y odio, así como la
confusión en la política de los gobiernos estatales en todo el mundo (Protoc.
7, 2 y 10, 25). Este punto del programa es tenido en cuenta por la prensa judía
con sus artículos de azuzamiento, informaciones falsas y noticias de horror, de
la misma manera que por el movi*miento de lucha de clases fundado por el judío
Karl Marx.
- Socavación del orden social mediante el liberalismo
(Protoc. 10, 11), la social*democracia y el comunismo (Protoc. 9, 6). Los
creadores y conductores de estos movimientos son en primer término judíos y
francmasones.
- Gestación de disturbios artificiales y huelgas (Protoc.
18, 1). Para la realización de este punto del programa fue fundada hace poco
por el judío ruso, bolchevique y francmasón Leo Troszky (Bronstein) la IV
Internacional.
- Eliminación de la nobleza y del campesinado (Protoc. 1, 30
y 3, 6). Fue llevado a la práctica en forma total por el Gobierno del Soviet
judío.
- Destrucción de todas las religiones con excepción de la
mosaica (Protoc. 14, 1 y 4; 17, 3). Fue llevado a cabo en la Rusia Soviética.
Bajo ese dominio fueron asesi*nados miles de sacerdotes no-judíos, pero ningún
rabino.
- Destrucción de la familia no-judía (Protoc. 10, 6); fue
realizado en la Rusia Soviética. La misma meta es perseguida en pequeña escala,
p. ej., por la judía inglesa Dr. Marie Stopes en Portsmouth Harbour, que ha
creado una organización para la prevención de nacimientos en matrimonios
cristianos. Las clínicas de pre*vención de partos instalados por ella son
financiadas por feministas judías.
- Corrupción de la juventud de los no-judíos (Protoc. 9, 12)
y creación de una literatura insípida, sucia (Protoc. 14, 5). Miles de
escritores y editores judíos de historias escandalosas y descripciones
pornográficas trabajan afanosamente en la realización de este punto del
programa. Léase al respecto Erotik und Rasse, [Erotismo y Raza. (N. del T.)] de
Herwig Hartner, Munich, 1925.
- Dominio de la Prensa para la dirección de la opinión
pública y la provocación artificial de la disconformidad (Protoc. 2, 5 y 7, 5).
Todo el mundo es azuzado desde hace años por parte de la prensa judía contra
Alemania, amenazándose la paz de los pueblos, sólo porque Alemania se defendió
contra la dominación y el trabajo de la subversión judía.
- Generación de crisis económicas y como corolario de las
mismas, de la de*socupación, para soliviantar a las masas obreras contra los
poseedores (Protoc. 3, 13). Los judíos y el capital judío, no obstante, nunca
sufren perjuicio alguno, por*que, dicen los Protocolos, "a nosotros no se
nos hará daño porque conoceremos el momento del ataque". (Protoc. 3, 14.)
Y cuando todos los pueblos estén subvertidos y la humanidad
se consuma en el odio recíproco, entonces la obra de descomposición
judeo-francmasónica experi*mentará su coronación. El autor de los Protocolos
declara:
"Debemos agobiar de tal manera a todo el mundo que los
no-judíos no vean otra salida a su miseria que someterse completamente a
nuestro dinero y a nuestro dominio." (Protoc. 10, 25.)
"Entonces estarán tan compenetrados del pensamiento de
que no se puede prescindir de esta tutela y dominio si se quiere vivir en paz y
tranquilidad, que reconocerán la autocracia de nuestro gobierno con una
veneración rayana en la idolatría." (Protoc. 15, 15.)
Hemos tomado unas pocas frases del programa que desde su
elaboración es realizado consecuentemente, paso a paso, por una potencia
invisible, con ayuda de los hombres de Estado de casi todos los países, que no
se dan cuenta de que son sólo juguetes de un poder secreto supraestatal. A
ningún político, por más clara visión del futuro que poseyera, que hubiera
querido calumniar al judaísmo a través de la elaboración de los Protocolos, le
hubiera sido posible, hace cuarenta años, vaticinar tan exactamente el curso de
los acontecimientos que desde entonces se fueron produciendo, como es el caso
de los Protocolos. Sólo un iniciado en las metas a perseguir podía llevar al
papel los métodos de lucha que para la consecu*ción de un dominio mundial judío
fueron reconocidos como oportunos y que son aplicados. La historia mundial y en
especial los acontecimientos alrededor y desde la Guerra Mundial prueban en
forma no controvertible, que el judaísmo procede en completa concordancia con
el plan estratégico de los Protocolos, de tal modo que, aún colocándose en el
punto de vista de la falsificación, resulta que el judaís*mo ha reconocido los
Protocolos como el programa justo para el logro de sus objetivos.
Testimonios Judíos acerca del ansia de Dominación Mundial
Judía
La ambición del judaísmo de sojuzgar a todos los pueblos y
erigir un reino universal bajo dirección judía data de miles de años atrás. Ya
Jehová elevó a los judíos a la categoría de pueblo elegido, prometiéndoles por
intermedio de Moisés la posesión de toda la tierra. También todos los
ulteriores profetas del Viejo Testa*mento proclamaron la supremacía de Israel
como voluntad de Jehová. El que niega la autenticidad de los Protocolos y los
tiene por un panfleto antisemita, forzosamente debe designar también así los
libros del Viejo Testamento, que no son sino escritos difamatorios dirigidos
contra todos los pueblos. Porque no recién en los Protocolos, sino ya en los
libros de los profetas judíos están fijados los ob*jetivos políticos del pueblo
judío, que en los Protocolos solamente desarrolló un plan estratégico que
contempla las condiciones modernas. Queremos dar la pa*labra al judaísmo de
todos los tiempos, para probar que los Protocolos jamás pu*dieron nacer de un
cerebro ario, sino que se basan en una concepción archijudaica de las metas del
judaísmo y de su relación con el resto del mundo.
a) Moisés
"A ti Yavé, tu Dios, te ha elegido como pueblo de su
porción de entre todos los pueblos que están sobre la tierra. "
(Deuteronomio, 7,6.) "Consumirás a todos los pueblos que el Señor, tu
Dios, te dará. " (Deut., 7, 16.)
"Y te dará sus reyes en tus manos, y tú aniquilarás su
nombre bajo el cielo. Nadie te resistirá hasta que los extermines."
(Deut., 7, 24.)
De estas promesas programáticas los Protocolos sacan las
conclusiones prácti*cas al enseñar:
"Nuestros profetas anunciaron que hemos sido elegidos
por Dios para reinar sobre todo el mundo. Dios mismo nos ha otorgado el don
para terminar esta obra." (Protoc. 5, 7.)
"En efecto, hemos ya destruido fuera del nuestro a
todos los gobiernos, aunque legalmente aún existan muchos." (Protoc. 5,
6.)
"Somos ya demasiado fuertes, con nosotros hay que
contar." (Protoc. 5, 6.)
b) El profeta Isaías
Una persona de la importancia del rabino francés Isidore
Loeb, que a partir de 1869 fue secretario de la Alliance Israélite Universelle,
escribió en su obra La Litté*rature des Pauvres dans la Bible, París, 1892, que
"los judíos eran una raza bendita por Dios” (1) y que las predicciones del
profeta Isaías sobre la misión del pueblo judío deben cumplirse. Con empleo de
los pasajes del Libro Isaías que se refieren a la dominación mundial, Loeb
expone:
"No se puede afirmar con seguridad si el profeta Isaías
admite la aparición de un Mesías personal o no, que será el rey de los judíos,
mandará a todos los pueblos y gobernará el mundo. Pero lo que está firme es que
los judíos, con o sin Rey*Mesías, serán el centro de la humanidad, alrededor
del cual los no-judíos se agrupa*rán después de su conversión a Dios. La unidad
de la especie humana será es*tablecida a través de la unidad de las religiones.
Los pueblos se unirán para rendir homenaje al pueblo de Dios. (Isaías 40, 3 y
sig.) Los almacenes de Egipto, los tesoros de Etiopía vendrán a él; caminarán
detrás del pueblo judío como prisione*ros, en cadenas, y se echarán a sus pies
(45, 14). Los reyes se levantarán delante de Israel y los príncipes caerán de
rodillas (49, 7). Los reyes educarán a tus hijos y las princesas serán las
nodrizas de tus hijos; inclinarán su rostro ante ti a tierra y lamerán el polvo
de tus pies (49, 23). Dios concertará con el pueblo judío un pacto eterno, como
lo hizo con David, y como David, los judíos dominarán a los pue*blos; harán
acudir a pueblos a los que ni siquiera conocen, y los pueblos que no saben nada
de los judíos correrán hacia ellos (45, 3-5). Las riquezas de los mares y los
tesoros de los pueblos vendrán por sí solos a los judíos; los extranjeros
recons*truirán tus muros y los reyes estarán a tu servicio; constantemente tus
puertas estarán abiertas; día y noche serán traídos a través de ellas los
tesoros de los pueblos y sus reyes. El pueblo y el reino que no quiera servirte
será destruido. Los hijos de tus opresores se arrojarán humildemente ante ti al
suelo; tú beberás la leche de los pueblos y mamarás del pecho de los reyes (60,
5-16). Los extranjeros apacentarán vuestros rebaños y extraños cultivarán
vuestros viñedos y campos; vosotros consu*miréis los tésoros de los pueblos y
os jactaréis de su esplendor." (61, 5-6.)
(1) Exactamente igual dice el Francmasón
"cristiano" Conde Coudenhove-Kalergi: "Porque los judíos son una
raza humana bendita." (Das Wesen des Antisemitismus, La Esencia del
Antisemitismo, Wien, 1929, p. 36.) (N. del Th. F.)
c) El Talmud
"Vosotros los israelitas sois llamados seres humanos,
los pueblos del mundo, empero, no son llamados seres humanos. " (Tr.
Jebamoth, fol. 61 a.)
"Vosotros los israelitas sois llamados seres humanos,
los pueblos del mundo, empero, no son llamados seres humanos, sino bestias.
" (Tr. Baba mezia, fol. 114 col. 2.)
Esta opinión es tenida en cuenta plenamente por los
Protocolos, cuando también ellos llaman a los no-judíos, animales (Protoc. 11,
6 y 15, 12) y cuando hablan de la razón puramente animal de los no-judíos y de
su instinto animal (Protoc. 15, 15).
"A todas partes a donde lleguen los judíos han de
hacerse príncipes de sus se*ñores." (T'r. Sanhedrin, fol. 104, a.)
"El Santo habló a los israelitas: Vosotros me habéis
hecho único soberano del mundo, por eso os haré único soberano en el
mundo." (Tr. Chagíga, fol. 3 a y b.)
d) Los eruditos rabínicos de la Edad Media
"El objeto de la creación del mundo fue solamente por
causa de Israel." (Abraham Seba, Zeror hamor, fol. 106, col. 4.)
"Todos los pueblos serán sometidos a los
israelitas." (Isaac Abravanel, Comen*tario de Isaías, fol. 4, col. 2.)
"En la era del Mesías los israelitas exterminarán a
todos los pueblos de la tierra." (R. bar Náchmani, Bammidbar rabba, fol.
172, col. 4.)
"El país de Israel será ampliado y el mismo tragará
todos los otros países." (Naphtali, Emmek hammelech, fol. 44, col. 1.)
e) Los testigos de Jehová
Así se autodesignan a partir de 1931 los Exegetas Serios,
cuyo dirigente, el fallecido en 1916 Ch. T. Russell, y el desde entonces
presidente, J. F. Rutherford, han creado una organización internacional que
bajo la apariencia de devoción cris*tiano-religiosa persigue fines
judeo-raciales. Para máximo engaño de personas cré*dulas declaran que
preconizan solamente los designios de Jehová, del que son meramente sus
testigos. Y en plena coincidencia con los Protocolos sostienen, por un lado, un
programa de descomposición, por el otro un programa de construcción social. Han
de ser descompuestos el Cristianismo y los Estados cristianos, ha de ser
construido un reino universal bajo un gobierno judío. Así, afirman, lo ha
pres*crito Jehová a través de sus profetas y así lo han de anunciar los
Exegetas Serios como sus testigos. He aquí algunas frases de su programa:
"Los gobiernos temporales serán destruidos y el orden
social de las cosas des*hecho en anarquía.” (Russell en Schriftstudien,
[Estudios de la Escritura. (N. del T.)] 1922, Bd. VII,S. 573.)
"Ha de haber una guerra más para barrer la perversa
organización de Sata*nás.” (2) (Rutherford, 1933, en Zuflucht zum KÚnigreich,
[Refugio en el Reino. (N. del T.)] 49.)
(2) Es decir de los actuales Estados cristianos. (N. de Th.
F.)
"La palabra de verdad de Dios señala claramente que la
más horrible de todas las guerras y una muerte en masa sin precedentes, se
producirán en un futuro inminente. Jehová ha impuesto a sus testigos el deber
de anunciar ahora estos hechos a los hombres." (Rutherford, ob. cit. S.
7.)
"Tendrá lugar una completa reorganización de todos los
pueblos de la tierra. Los mapas de la tierra actualmente empleados ya no
tendrán aplicación en el Rei*no”. (3) (Rutherford, 1933 en Rechtfertigung,
[Justificación. (N. del T.)] 111, S. 321.)
"A la luz de la Escritura sagrada podemos esperar que
Jerusalén será la capital del mundo." (Rutherford, 1924, en Eine
wünschenswerte Regierung), [Un gobierno deseable. (N. del T.)] S. 35.)
"Los judíos recibirán el dominio sobre la Tierra. " (Russell en Schriftstudien,
XXX 1917, Bd. VII. S. 666.)
Este programa corresponde a las declaraciones de Moisés, de
los profetas y de los escritores rabínicos, y las medidas estratégicas son las
mismas que los Protoco*los recomiendan al pueblo judío con el fin de la
destrucción de todos los Estados y la instauración de la propia dominación
mundial. Léase el folleto Die Zeugen Jehovas, Pioniere für ein jüdisches
Weltreich [Los Testigos de Jehová, pioneros para un reino mundial judío. (N.
del T.) ] del Dr. H. Jonak v. Freyenwald (Berlín, 1936), que suministra un material
de prueba aplastante sobre el hecho de que los Exegetas Serios defienden la
política de la potencia mundial judía, y que los Testigos de Jehová son los
mejores testigos para la autenticidad de los Protocolos.
(3) O sea, en el reino universal judío de los Exegetas
Serios. (N. de Th. F.)
f) Confesiones judías más modernas
El economista judío du Mesnil-Marigny publicó en 1872 una
obra bajo el título de Geschichte der politischen Wirtschaft der alten Vdlker.
[Historia de la economía política de los pueblos antiguos. (N. del T.)] En el
II tomo de la 3a. edición de 1878 se encuentra en la página 275 y siguientes un
himno triunfal en honor de Israel y un programa para la política judía. Él
escribe:
"La época actual indiscutiblemente ha dotado al oro de
la soberanía, la omni*potencia... El maestro absoluto, el señor absoluto del
oro por consiguiente habrá de convertirse en el dominador absoluto de la
Tierra; ¿y quién será este soberano si no el judío?" (Comp. Protoc. 5, 8.)
"¿Acaso no posee ya el monopolio de los bancos, de los
ferrocarriles y del comercio?... ¿Acaso no da ya, en virtud de su oro, a sus
hijos enseñanzas de mando superior y acaso no está de esta manera en vías de
asignarles en las artes, en la literatura, en las ciencias y en los cargos públicos
los primeros lugares?" (Comp. Protoc. 6, l.)
"También entre nosotros, ¿quiénes son en la Sorbona, en
la universidad, en el Liceo francés, los profesores descollantes? ¡Judíos! ¿En
el teatro los autores prefe*ridos? ¡Judíos! Entre los filósofos y escritores,
¿quiénes son los más renombrados? ¡Judíos!..." (Comp. Protoc. 3, 11 y 9,
1.)
"Se conoce la venalidad de la prensa. ¿Quiénes son los
que ponen en movi*miento esta terrible máquina, cuyo poder como factor
destructivo y simultáneamente constructivo es tan conocido? Judíos... o sea
aquellos, que poseen el oro..." (Comp. Protoc. 7, 5.)
"El próximo levantamiento de Israel a la altura de la
sublimidad es seguro... Lo veremos dentro de corto plazo,... cómo gobierna las
Naciones después de haberse adueñado de todas sus riquezas que, por lo tanto,
se multiplican sin medida, y lo veremos haciendo correr delante suyo a los
habitantes de toda la Tierra, tal como lo hizo con los cananitas..."
(Comp. Protoc. 9, 7 y 10, 25.)
¿Dicen algo distinto los Protocolos? ¿Por qué han de ser
falsos los Protocolos cuando un economista judío ya escribía antes que Israel
estaba en camino de domi*nar a todos los pueblos, recomendando como medio para
la consecución de esta meta la posesión del oro, de las industrias, de la prensa,
de los institutos de ense*ñanza y la ocupación de todos los cargos políticos
directivos por parte de judíos? Escuchemos a otros testigos. El sionista rabino
Dr. Moses Gaster, el amigo de Th. Herzl, declaró en ocasión del tercer Congreso
Sionista de Basilea, en 1899:
"Si de acuerdo con nuestra previsión los hijos de Jacob
por su superioridad se aseguran todo lo que garantiza el bienestar y la larga
vida en este mundo, y de esta manera llegan a la situación de sobrevivir a
cualquier otra raza, entonces nadie negará que a través de ellos será realizada
esa Era tan deseable, ese deseo de todos los grandes corazones; queremos
decir-: la fraternidad universal." (Comp. Protoc. 15, 28 y 22, 4.)
"Siempre hemos tenido un gran ideal delante de la
vista, incomparable con los ideales que influyeron en otros pueblos, y
perseguimos el ideal intrépidamente a través de los milenios. Porque soñamos,
soñamos en un reino peculiar sobre la Tierra, donde han de imperar la justicia
y el amor, y llamamos el reino de Dios sobre la Tierra al ideal del pueblo
judío. Es completamente distinto, se aparta totalmente del empeño de todo el
mundo, y por eso también nosotros nos hemos conservado siempre distintos y,
desde aquí lo afirmo enfáticamente, más elevados que todas las Naciones de la
Tierra. Porque ninguna Nación puede com*pararse con nosotros." (Protocolo
taquigráfico 3, Congreso Sionista de Basilea en 1899, pág. 161.)
Demasiado poco conocidos y tenidos en cuenta son dos
artículos titulados Ein tatsüchlicher Anklagefall gegen die Juden, [Un efectivo
caso acusatorio contra los judíos. (N. del T.)] y Ein Sendbote an die
Nichtjuden, [Un Mensajero para los no-judíos. (N. del T.)] que tienen como
autor al judío Dr. Marcus Eli Ravage y aparecieron en el Century Magazine,
Nueva York, Año 1928, Nros. 3 y 4. Ravage es un judío rumano que
originariamente se llamaba Revici y emigró en 1900 a Norteamérica, donde ejerce
en Nueva York la profesión de escritor. En los dos artículos, que se
complemen*tan, enrostra con sorna mordaz a los no-judíos que tienen tanto como
ninguna noción del judaísmo si se pelean por la autenticidad de los Protocolos,
en lugar de haberse percatado claramente de que toda la historia mundial fue y
es hecha so*lamente por el judaísmo. Es un ardid típicamente judío del Dr.
Ravage llamar a los Protocolos una "falsificación de un torpe ruso",
confirmando al mismo tiempo la autenticidad de su contenido en base al curso de
los acontecimientos históricos. Así escribe bajo forma de una disertación
dirigida al mundo no-judío:
"Nos culpáis de la instigación de la revolución de
Moscú. Supongamos que admitimos la acusación. Bueno, ¿y? Comparado con lo que
el judío Pablo de Tarsus realizó en Roma, la rebelión rusa es sólo un escándalo
callejero.” (4)
"Hacéis mucha alharaca por la influencia impertinente
de los judíos sobre vues*tros teatros y cines. ¡Bien! Admitamos que vuestras
quejas sean justas. Pero qué significa eso en comparación con nuestra
influencia abrumadora sobre vuestras iglesias, sobre vuestras escuelas, vuestra
legislación y vuestros gobiernos, y hasta sobre los más tenues movimientos de
vuestro mundo de ideas..."
"Supongamos que los Protocolos de los Sabios de Sión
sean genuinos y auténti*cos. Pero qué importancia tiene esto frente a la
innegable actividad conspiradora histórica que hemos cumplido?..." (Comp.
Protoc. 1, 25-37 y 5, 6.)
"Aún no habéis ni comenzado a reconocer la verdadera
magnitud de nuestra culpa. Nosotros somos los intrusos. Nosotros somos los
destructores. Nosotros somos los subversivos. Nos hemos apropiado de vuestro
mundo natural, de vues*tros ideales, de vuestro destino y los hemos
envilecidos. Fuimos la última causa no solamente de la última guerra, sino de
casi todas vuestras guerras. " (Comp. Protoc. 7, 3.)
"Nosotros fuimos los autores no sólo de la revolución
rusa, sino de todas las revoluciones mayores de vuestra historia. " (Comp.
Protoc. 3, 16.)
"Hemos traído discordia y confusión en vuestra vida
personal y pública. Seguimos haciéndolo en la actualidad... "(Comp.
Protoc. 3, 2-4; 5, 14-15; 7, 2; 10, 25.)
"Nosotros cambiamos todo el curso de vuestra historia.
Os logramos poner de tal modo bajo nuestro yugo como jamás una de vuestras
potencias nunca sometió a su servidumbre a África o a Asia." (Comp.
Protoc. 3, 1.) Y todo esto lo realiza*mos sin armas, sin balas, sin sangre y
tumulto de batallas, sin medidas de violencia de cualquier índole. Lo
realizamos sola y exclusivamente mediante el poder irre*sistible de nuestro
espíritu, con ideas y propaganda." (Comp. Protoc. 5, 5 y 9, 6.)
"Nuestro pequeño país de antaño llegó a ser vuestra
Tierra Santa. Nuestra literatura nacional es vuestra Santa Biblia. Una muchacha
judía es vuestro ideal de la maternidad y de la feminidad. Un profeta-rebelde
judío es el centro de vuestra adoración de Dios..."
"Tomad las tres grandes revoluciones de los tiempos
modernos, la francesa, la americana y la rusa. ¿Qué otra cosa fueron sino el
triunfo de la idea judía de justicia social, política y económica?" (Comp.
Protoc. 3, 16.)
"Con alivio vemos que el ‘goi’ (no judio) nunca
reconocerá la verdadera gravedad de nues*tros crímenes." (Comp. Protoc. 4,
4.)
Sí, en esto tiene razón el Dr. Ravage: ¡el goi no tiene aún
ni sospecha de la actividad conspiradora judía! Los dos artículos fueron hace
poco publicados en idioma inglés y alemán por el U. Bodung Verlag, Erfurt, bajo
el título Zwei jü*dische Aufscitze vom Juden M. E. Ravage, para poner coto una
vez por todas a los intentos ya efectuados por el judaísmo de hacerlos aparecer
como panfletos an*tisemitas. El que ahora continúa considerando a los
Protocolos, cuyo contenido es confirmado por las irónicas comprobaciones del
Dr. Ravage, como un escrito difa*matorio antisemita contra los pobres judíos,
ese merece el desprecio con que tanto el anónimo autor de los Protocolos como
también, en perfecta concordancia, el judío Dr. Ravage, hablan de la humanidad
no-judía. Si mediante estas pocas citas de la literatura judía de todos los
tiempos hemos aportado la prueba de que la conquista de la dominación mundial,
la instauración del así llamado reino universal, es la meta abiertamente
reconocida del pueblo judío, y que el autor de los Protocolos sólo persigue
exactamente la misma meta que el judaísmo se ha dejado fijar por Jehová,
entonces los Potrocolos deben ser considerados como el genuino decreto de
aplicación para la ley de Jehová y ser tenidos por tal hasta que haya sido
aportada la contra-prueba inobjetable de que los Protocolos son de origen
no-judío. Esta contra-prueba no ha sido lograda por el judaísmo hasta ahora de
ninguna manera, menos que nada por la comedia pro*cesal de Berna. Y así se
mantienen válidas los memorables palabras que un incon*trovertible conocedor de
los judíos, el escritor judío Arthur Trebitsch, ha escrito sobre la
autenticidad de los Protocolos:
"El que como el autor (es decir, A. Trebitsch) desde
hace mucho ha vislumbra*do, oído y leído lleno de presentimientos todos los
pensamientos, metas y desig*nios expresados en aquellas actas secretas, tales
como surgen de la totalidad de nuestra vida económica, política y espiritual,
puede responder de que éstas son las manifestaciones más auténticas y genuinas
del espíritu nómada que se afana por la dominación mundial, tan auténticas y
genuinas que un cerebro ario, por más que el odio antisemita lo impulsara a la
falsificación y la calumnia, jamás será capaz ni siquiera de concebir esta
forma de lucha, estos planes, esas tretas y artimañas". (Deutscher Geist
oder Judentum! [¡Espíritu alemán o judaísmo! (N. del T.)] Berlín, 1921, p. 74.)
(4) Es que el Dr. Ravage explica que Pablo, el apóstol de
los judíos, difundió la doctrina cristia*na en el Imperio romano con la
finalidad de envenenar el ejército romano mediante la nue*va religión del amor
y sacudir con ello los fundamentos del Imperio. Este acto de vengan*za lo
realizó con tanto éxito que el reino mundial estuvo destruido al cabo de
cuatrocientos años. A la Roma imperial sucedió la papal que elevó la creencia
de una secta judía a re*ligión del mundo occidental, sometiendo todos los
Estados a la influencia del espíritu judío. (N. de Th. F.)
El origen de los Protocolos
Es un hecho establecido desde 1921 que los Protocolos se
basan en el libro Dialogue aux enfers entre Macchaivel et Montesquieu ou la
politique de Macchiavel du XXe. Siécle [Diálogos entre Maquiavelo y Montesquieu
o la política de Maquiavelo en el siglo XIX. (N. del T.)] que el francmasón
Maurice Joly publicó en el año 1864 y en segunda y última edición en 1868 en
Bruselas. Entre ambas publicó el judío Dr. Hertz en el año 1865 una traducción
abreviada y deficiente en idioma alemán en la editorial O. Wigan de Leipzig. En
ingenioso diálogo Joly hace defender a los espíritus de los hace mucho
fallecidos hombres de Estado -que se encuentran en los infiernos-, sus ideas
sobre derecho estatal, pronunciándose Montesquieu por la forma de gobierno
parlamentario-democrática y Maquiavelo por el despotismo. Las expresiones
puestas en boca de Maquiavelo fueron tomadas por el autor de los Protocolos,
idénticas en cuanto a las ideas, muchas veces también textualmente para su
tratado. Para reconocer las relaciones más profundas es menester ocupar*se de
la persona de Joly. Poseemos una biografía escrita por él mismo bajo el título
Maurice Joly, son Passé, son Programme par lui-méme, París, 1870. Según ella
"nació en los primeros años del reinado de Luis-Felipe en Lons-le-Saulnier
en el sur de Francia, esto es, después de l830.” (5). Su padre era Philipp
Lambert Joly, su madre se llamaba originariamente Florentine Corbara, después
Courtois. En la página 7 escribe Joly que por parte de su madre era italiano y
por parte de su abuelo, español. Joly, por consiguiente, según su ascendencia
familiar no era fran*cés. Otras averiguaciones dieron por resultado que su
abuelo materno era el judío veneciano Corbara, y que la hija de éste,
Florentine, recibió en ocasión de su bautismo el nombre de Courtois. Por el
lado materno Joly era, por lo tanto, judío; pero también por el lado paterno
posiblemente sea vástago judío de una familia española de marranos.
Joly era además comprobablemente francmasón, porque es
nombrado por el judío Leo Taxil (Jogand-Pages) en su obra La France Maconnique
como miembro de la logia de París. Con el fundador de la Alliance Israélite
Universelle y masón de alto grado Isaac Adolphe Crémieux mantenía estrechas
relaciones, también finan*cieras. A causa de su Diálogo, que fue interpretado
como sátira a Napoleón, fue condenado en abril de 1865 a 15 meses de prisión.
Tuvo participación directiva en el gobierno de terror de la Comuna parisién en
el año 1870 y volvió a parar en la cárcel. En 1878 Joly se suicidó. El discurso
fúnebre fue pronunciado por el vástago judío y masón de alto grado Léon
Gambetta.Joly era por consiguiente judío, francmasón y subversivo. No podía
elegir me*jor garante que él, el autor de los Protocolos. Acerca del origen de
los Protocolos dependemos aún hoy de suposiciones. Lo más probable es que hayan
sido escritos a principios de los años noventa en la orden francmasónica
secreta Bene Mosche (Hijos de Moisés), fundada por Achad Haam alrededor de 1889
en Odesa, y ello como acta de las disertaciones que fueron dadas allí sobre
política judía. Estos escritos fueron distribuidos a otras logias,
especialmente en Francia. Por cualquier imprudencia o por un judío sobor*nada
una copia francesa incompleta llegó a Rusia.
Inobjetablemente aclarado está, empero, el posterior
desarrollo. Así, en el año 1895 el mayor ruso Alexis Nikolajewitsch Suchotin
entregó una copia al posterior procurador del sínodo de Moscú Philipp
Petrowitsch Stepanoff (muerto en Servia en 1932), que la hizo reproducir y la
distribuyó entre sus amistades. (6) Y en el año 1901 Suchotin también entregó
una copia a su amigo Sergej Alexandrowitsch Ni*lus. Tanto a Stepanoff como
también a Nilus, Suchotin les comunicó que había recibido la copia de una dama
de París, cuyo nombre no quería mencionar. En el año 1903 (26 de agosto al 7 de
septiembre) el texto fue publicado en el diario ruso Snamja. Bajo forma de
libro S.A. Nilus publicó los Protocolos en su obra Das Grosse im Kleinen, [Lo
grande en lo pequeño. (N. Del T.)] y ello en su segunda edición de 1905. Los
Protocolos estuvieron, en manos judías, por lo tanto, comprobadamente dos años
antes del año 1897, en que tuvo lugar el primer congreso sionista en Basi*lea,
y es totalmente falso y sólo crea confusión cuando se afirma que se han
origi*nado en este Congreso en una sesión secreta. Probable es sólo que en ese
momento tuvo lugar simultáneamente un congreso secreto de la orden
francmasónica Bnei Briss, [Orden francmasónica que ejerce la conducción de la
Francmasonería internacional com*puesta exclusivamente por judios. (N. Del
Director).] y que en este congreso paralelo los Protocolos, compuestos ya antes
en sus rasgos fundamentales, fueron redactados nuevamente y elevados a programa
secre*to oficial de la judeo francmasonería.
(5) En el proceso de Berna fue presentada por la parte
actora judía como prueba de que Joly no había sido judío, una copia de su fe de
bautismo. Fuera de que esto no es una prueba, esa fe de bautismo indica el 29
de septiembre de 1829 como día de su nacimiento. Como esta fecha está en
insoluble contradicción con su propia declaración, porque Luis Felipe recién
llegó al gobierno en agosto de 1830, y el propio Joly además escribe en las
páginas 5 y 6, que en el año 1860 contaba 27 años, habiendo nacido por
consiguiente en 1833, el perito Fleischhauer declaró en el proceso de Berna que
la fe de bautismo era falsificada. Ni en el proceso ni tampoco en la prensa el
judaísmo ha rebatido hasta ahora esta grave acusación. (N. de T.F.)
(6) Esta información la dio Stepanoff mismo en una carta del
17 de abril de 1927 a la escritora norteamericana L. Fry, quien publicó una
fotocopia en su libro Waters Flowing Eastwards (Las Aguas que fluyen hacia el
Fste). (N. de T.F.)
Las Tentativas Judías de Defensa
La rápida difusión de los Protocolos después de la Guerra
Mundial indujo al judaísmo a tomar contramedidas. Como en todos los casos en
que han llegado a ser conocidas las concertaciones secretas de los poderes
supraestatales, se echó también aquí mano del medio más cómodo, declarándose
simplemente el docu*mento como una falsificación. Dos miembros de la alta
"aristocracia" fueron ga*nados para suministrar las pruebas: por una
parte la princesa rusa Catharina Rad*ziwill en Nueva York, por la otra el conde
francés Armand Alexandre Chayla, ambos con un pasado bastante oscuro y devotos
del judaísmo. El 25 de febrero de 1921 apareció en el diario neoyorquino
American He*brew (El hebreo americano) una entrevista del judío Isaac Landman
con la Princesa K. Radziwill. Ella contó que los Protocolos recién fueron
redactados después de la guerra ruso-japo*nesa (1904-1905) y después de la
revolución rusa de 1904. Sostuvo que, entonces, aproximadamente en 1905, como
recalcó expresamente, ella vivía en París, cuan*do cierto día un policía
secreto conocido de ella, Golowinsky, la visitó y le mani*festó
confidencialmente que el jefe de la Policía Exterior rusa en París,
Ratsch*kovsky, le había encargado escribir un falso plan conspiratorio del
judaísmo. Que en esa ocasión hasta le había mostrado el manuscrito que acababa
de terminar, que ostentaba en la primera página una enorme mancha de tinta
azul.
Poco después el segundo cómplice, conde du Chayla, publicó
un largo artículo en el diario parisién de emigrantes rusos Posljednije Nowosti
(Últimas Novedades) del 12 y 13 de mayo de 1921. En el mismo, refiere Chayla
que en el año 1909, en ocasión de una prolongada estancia en Rusia, visitó al
editor de los Protocolos, Sergej Alexandrowitsch Nilus, en el convento Pustin.
Nilus le había mostrado entonces justamente aquel manuscrito con la mancha de
tinta azul. A la pregunta de cómo había llegado a su poder el manuscrito, Nilus
había respondido que el documento le fue entregado por su amiga, una tal señora
K., que lo había ob*tenido en París del general Ratschkowsky mismo.
Tres meses más tarde se consideró oportuno asestar a los
Protocolos el golpe mayor. El 16, 17 y 18 de agosto de 1921 el Times publicó un
artículo de su corres*ponsal en Constantinopla Philipp Graves. Refirió que un
terrateniente ruso fu*gado después de la guerra a Constantinopla le dio un
libro totalmente deteriorado, titulado Dialogue aux enfers entre Macchiavel et
Montesquieu. El terrateniente había comprobado con sorpresa que los Protocolos
habían sido redactados con el empleo de este libro. Un examen más detallado
demostró la exactitud de su afir*mación. Del hecho que el autor de los
Protocolos utilizó el Diálogo de Joly, es decir, que era un plegiario, Graves
sacó la errónea conclusión de que los Protoco*los eran una falsificación. En
esto reside uno de los engaños más grandes de la opinión pública, ya que para
la respuesta a la pregunta de si los Protocolos son un programa reconocido por
el judaísmo en su lucha por la dominación mundial, es enteramente indiferente
si su autor suministró un producto intelectual propio o si utilizó una obra más
antigua que le parecía útil para ello, perpetrando con ella un plagio. (7)
Estos tres informes periodísticos del año 1921, cuyo contenido ya había sido
reiteradamente impugnado, conformaron la base para el proceso de Berna.
(7) En su pericia judicial para el proceso de Berna, U.
Fleischhaucr calificó el informe del Times como "cuento turco" y
probó que toda la historia sobre el descubrimiento del libro en Constantinopla
es una invención. Su aseveración no fue rebatida por los adversarios. (N. de
T.F.)
El Proceso de Berna
A partir del año 1921, a pesar de todos los intentos
confusionistas del judaísmo, fueron los Protocolos difundidos en todos los
países y en todas las lenguas. Por ello, el judaísmo emprendió la tarea de
producir una decisión sobre el documento. El 26 de junio de 1933 el
Schwizerische Israelitische Gemeindebund, [Liga Comunal Israelita Suiza. (N.
del T.) ] y la Jüdische Kultusgemeinde, [Comunidad de culto judía. (N. del T.)]
de Berna, presentaron una denuncia en el tribunal de Berna con la demanda de
declarar los Protocolos un panfleto vil y prohibir su difusión. Los acusados
eran miembros del Frente Nacional y dela Defensa Patria de Suiza. El tribunal
nombró como peritos para los demandantes al profesor judío de Dere*cho Penal de
Basilea, Dr. A. Baumgarten, para los demandados al teniente co*ronel (R.)
Ulrich Fleischhauer y como perito jefe al escritor suizo filo-judío C.A.
Loosli.
El 14 de mayo de 1935 fue dictada la sentencia de que los
Protocolos consti*tuyen una falsificación y escrito vil. A esta decisión
solamente se pudo llegar por*que el juez marxista tomó por verídico el peritaje
inexacto, rebosante de errores de Loosli, declinó la comparecencia de todos los
testigos propuestos por los demanda*dos y simplemente no admitió todos los
documentos de prueba presentados por el perito Fleischhauer. Las fallas y la
parcialidad del procedimiento fue demostrada en forma inequívoca por el Dr.
Stephan Vasz en Das Berner Fehlurteil über die Protocolle der Weisen von Zion,
[El fallo erróneo bernés sobre los Protocolos de los Sabios de Sión. (N. del
T.)] Erfurt, Editorial U. Bodung. Por razones de espacio debemos limitarnos
aquí a reseñar brevemente los dos testimonios más importantes sobre los cuales se
basa el peritaje de Loosli y el fallo. Son ellos los artículos periodísticos de
la Radziwill y de du Chayla, cuya exactitud el Tribunal aceptó sin ninguna
clase de examen.
La afirmación de la princesa Radziwill que los Protocolos
fueron confecciona*dos aproximadamente en 1905 después de la Guerra
Ruso-Japonesa y de la prime*ra revolución rusa, es falsa por el solo hecho de
que el texto de los protocolos como se ha probado ya se hallaba en el año 1895
en las manos de Stepanoff, en 1901 en manos de Nilus, y fue publicado en el año
1903 en el Snamja. Es también compro*bable que Ratschkowsky y Golowinski en
1905 ya hacía años que no se encontraban en París. Con ello se deshace toda la
maraña de mentiras de la Radziwill, que en su entrevista periodística en el año
1921 se hizo pasar falsamente por princesa, a pesar de que después del divorcio
de su matrimonio con el príncipe Wilhelm Rad*ziwill había contraído nupcias ya
en el año 1914 con el ingeniero Kolb, del cual se separó al poco tiempo,
llamándose en el año 1921, como consecuencia de un nue*vo matrimonio, Dunvin.
En vano el perito Fleischhauer destacó en el proceso que las declaraciones de
esta mujer tampoco pueden ser tomadas en serio debido a que ella misma era una
falsificadora de documentos y estafadora. El Tribunal declinó toda
investigación más detenida de sus antecedentes. Por eso anotaremos aquí algo
acerca de sus dudosas maquinaciones. Alrededor de 1900 se conectó con el
propietario de minas de diamantes Cecil Rhodes, cuando se dirigía a Sudáfrica.
Por motivos fácilmente comprensibles publicó allí en el
diario por ella fundado Grater Britain una entrevista entre ella y el fallecido
Lord Marquis of Salisbury sobre la situación política en Sudáfrica, habiendo
aparentemente sostenido el Lord que Rhodes debía ser nombrado primer ministro
de la Colonia del Cabo. Para sostener fuera de duda la autenticidad de la
entrevista, la princesa mostró al secretario privado de Rhodes el texto
redactado por Salisbury y un telegrama, con el que Salisbury mismo la habría
invitado a la conversación. Resultó, empero, que el telegrama estaba
falsificado, porque no había sido despachado por Salisbury, sino por la
princesa a sí misma, y que tampoco la interview jamás tuvo lugar, así como
también que estaba falsificada la firma de Salisbury. En el año 1901 negoció
varias letras de cambio por un total de 29.999 libras extendidas por Cecil
Rhodes. También estas letras de cambio estaban falsificadas por ella. Se llegó
entonces al procedimiento penal, y el Tribunal de la Ciudad del Cabo condenó a
la princesa a 18 meses de presidio. Acerca de este episodio y sobre otras
maquinaciones de esta falsificadora de documentos e intrigante escriben
detalladamente los secretarios de Cecil Rhodes en sus Memorias. Los dos libros,
a saber: Cecil Rhodes, Hiprivate life by his private secretary Philipp Jourdan,
Londres, 1910, y Cecil Rhodes, The man and his work by one of his private and
confidencial secretaries Gordon le Sueur, Londres, 1913, existen en la
biblioteca de la universidad de Góttingen.
Pero también después de haber tenido que abandonar Sudáfrica
continuó sien*do fiel a su carácter y fue detenida en el año 1921 en Nueva York
por no haber pagado la cuenta en dos hoteles de esa ciudad. ¡Por cierto, la
testigo indicada para aportar la prueba de la falsificación de los Protocolos!
El dato absolutamente falso de que los Protocolos recién fueron redactados
después de la guerra japonesa alrededor de 1905, le resultó bastante
desagradable al perito mayor Loosli, y así, para hacer digno de crédito el
informe de la Rad*ziwill, falsificó en su pericia escrita en octubre de 1934 la
cifra del año 1905 "calla*damente" en 1895, tal como lo confesó
recién siete meses más tarde ante la incrimi*nación de Fleischhauer frente al
Tribunal. Pero tampoco esto causó impresión en el juez parcial. Distintas
razones, por lo demás, hablan en favor de que Landman presentó a la princesa un
texto ya redactado previamente en su contenido principal, que fue adornado por
ella con algunas observaciones personales. También se dice que recibió por la
entrevista la suma desproporcionadamente alta de 500 dólares del
francmasón-Bnei Briss Louis Marshall, el jefe del judaísmo norteamericano. No
era un honorario, sino un soborno para imponer silencio.
El segundo en la alianza era el conde du Chayla, quien como
testigo ante el juez bernés tuvo el descaro de confirmar la exactitud de su
artículo. Recién después del proceso el Welt-Dienst, (Servicio Mundial) de
Erfurt logró establecer el paradero de Sergej Sergeje*witsch Nilus, el hijo del
primer editor de los Protocolos, que falleciera en 1930, S.A. Nilus. En una
extensa carta del 24 de marzo de 1936 Nilus (hijo) declaró que el conde du
Chayla había publicado su informe en los Dernieres Nouvelles con plena
conciencia de su falsedad, y que es un "pérfido mentiroso y
calumniador". En especial declaró Nilus (hijo) que él era el hijo
legitimado de su padre S.A. Nilus y de su compañera, pero que ésta no era una
señora K., o, como du Chayla declaró ante el tribunal, una señora Komarowsky,
sino que se llamaba Natalia Afanassiewna Wolodimerow, y jamás había tenido
relación con Ratschkowsky. Tampoco nunca había tenido nada que ver con los
Protocolos. Nilus (hijo) se declaró dispuesto a declarar bajo juramento que él
mismo estuvo presente cuando en el año 1901 el mayor (R) Suchotin, amigo de su
padre entregó a éste el manus*crito. Tampoco pudo recordar haber visto entonces
la llamativa ominosa mancha de tinta. Ulteriores pesquisas dieron por resultado
que el conde du Chayla había sido en el año 1920 en el ejército de Wrangel,
jefe de la división Propaganda de la plana mayor del Cuerpo de los Cosacos del
Don, que allí fue desenmascarado como agente bolchevique y hubiera sido
condenado a muerte por alta traición si el general Wrangel no hubiera
sobreseído, a través de la intervención del embajador francés, el procedimiento
del consejo de guerra, debiendo conformarse con expul*sar del Ejército al
oficial traidor.
Acerca de esto y de los otros antecedentes del conde, el
consejero estatal ruso, que aún vive en Tunis, Gregor Petrowitsch Girtschitsch,
que sirvió en el ejército de Wrangel como juez de instrucción, hizo
revelaciones exhaustivas en un escrito del 30 de abril de 1936 al Welt-Dienst,
de Erfurt, que son tanto más importantes cuanto que Girtschitsch mismo había
dirigi*do la investigación contra du Chayla. Pero hasta un tercer testigo se ha
presentado últimamente: Andrej Petrowitsch Ratschkowsky en París, hijo del auténtico
conse*jero estatal Ratschkowsky, a quien, por otra parte, du Chayla calificaba
falsamen*te como general, que nunca fue. En una extensa carta dirigida al
Welt-Dienst, del 13 de julio de 1936 comunicaba que había revisado todo el
archivo que se encuen*tra en su poder de su difunto padre, que comprende tanto
la correspondencia privada del mismo como también todos los borradores para sus
informes a auto*ridades de San Petersburgo, pero que en ninguna parte había
descubierto ni la menor huella de que su padre hubiera tenido que ver alguna
vez algo con los Protocolos. Tampoco oyó jamás de su padre ninguna insinuación
de que los Pro*tocolos tan siquiera le fueran conocidos. Su padre ni siquiera
había sido un antisemita; había tenido a algunos judíos como amigos y
colaboradores, y en parti*cular en la época que entra en consideración para la
redacción del documento su secretario había sido el judío M. Golschmann.
Finalmente su padre no había ni conocido a la legendaria señora Komarowsky, a
quien supuestamente se había hecho entrega del manuscrito.
A través de los informes de los hombres que se pueden
calificar de más compe*tentes: Nilus (hijo), Girtschitsch y Ratschkowsky
(hijo), ha sido por fin llevada la claridad al verdadero taller de
falsificaciones. Las afirmaciones de la estafadora y anterior princesa K.
Radziwill, ahora señora K. Dunvin, y del agente bolchevique y convicto de alta
traición conde du Chayla son falsas en todos los puntos esencia*les. Jamás el
consejero estatal Ratschkowsky tuvo algo que ver con los Protocolos. La
compañera de vida de Nilus, que según du Chayla le habría procurado los
Protocolos, no se llamaba Komarowsky, sino Wolodimerow, y ni Ratschkowsky ni
tampoco Nilus conocían a una señora Komarowsky. Las nuevas comprobaciones ocuparán
al Tribunal de Berna en el procedimien*to de apelación. Será cuestión de la
segunda instancia admitir que la primera ins*tancia fue desorientada por falsas
pericias y declaraciones de "testigos", produ*ciendo un fallo
erróneo. [El 7-XI-37 la Corte de Apelaciones de Berna absolvió, por falta de
pruebas, a los editores de los Protocolos del cargo de inmoralidad y se declaró
-como correspondía- incompe*tente para juzgar acerca de la autenticidad de los
mismos. Si se piensa que el proceso se desarrolló en uno de los centros
tradicionales de la banca judía, puede comprender*se la trascendencia de este
fallo demoledor para el judaísmo mundial. (N. del Director.)]
La autenticidad de los Protocolos
Una cosa debe ser admitida: el judaísmo encontró auxiliares
involuntarios en las personas de los distintos escritores que se han ocupado de
la génesis de los Protocolos y que a través de la publicación de datos sobre
detalles, que no fueron examinados cuidadosamente, sólo perjudicaron el asunto
principal. Así ya Nilus recibió la comunicación de círculos judíos de que los
Protocolos fueron presentados por Theodor Herzl al congreso Sionista de 1897.
Nilus publicó esto en la cuarta edición de su obra, en 1917. Fue víctima de un
engaño. No hay ningún asidero para la exactitud de esta comunicación, que ya
queda refutada por el hecho de que el procurador Stepanoff poseía ya en 1895
una copia. Similarmente insostenibles son las referencias de Gottfried zur Beek
en Die Geheimnisse der Weisen von Zion, (Los secretos de los Sabios de Sión)
que los Protocolos están relacionados con el movimiento sionista. No tienen
nada que ver con el sionismo como tal, no son "protocolos sionistas",
sino un documento secreto de Sión, del judaísmo, y más precisamente, de la
judeo-francmasonería. También la aseveración de Gottfried zur Beek de que
agentes de Ratschkowsky se posesionaron del manuscrito en ocasión del congreso
sionista de Basilea, no es comprobable y ahora, después de las declaraciones de
Ratschkowsky (hijo), ya no puede ser mantenida.
La ulterior investigación habrá de mantenerse alejada de
tales informes, habrá de comprobar ante todo de quién recibió el mayor Suchotin
los Protocolos antes del año 1895. Aquí nos encontramos actualmente en un punto
muerto, ya que el Estado Soviético presuntamente no-judío impide indagaciones
que de alguna manera van dirigidas contra el judaísmo, y que ha sido fijada la
pena de muerte a la simple posesión de los Protocolos. ¡Sí, más aún! El
ex-diputado de la Duma mayor barón B. Engelhardt [Este no está emparentado con
el autor del folleto aparecido en nuestra editorial Jüdische Weltmachtplrine
(Planes judíos de Poder mundial). (N. de T.F.)] de Riga comunicó al Welt-Dienst
de Erfurt que en la prima*vera de 1917, inmediatamente después de la formación
del primer gobierno provi*sional del francmasón príncipe Lwow fue la
preocupación mayor de estos círculos sacar los Protocolos del Ministerio del
Interior y del departamento de Policía. Las actas fueron coleccionadas y por
orden del príncipe Lwow entregadas al político judío Winawer, miembro del
partido filo-francmasón Miljukow, mediante com*probante escrito. Desde entonces
ese material ha desaparecido. Si bien el perito Loosli, por mediación del
abogado judío Tager de Moscú, pidió prestadas del gobierno soviético actas para
la confección de su pericia, éstas, a pesar de los esfuerzos desesperados de
Loosli de marcar a Ratschkowsky como fraguador de los Protocolos, no
suministran para ello ni el menor asidero. También por lo de*más estas actas,
de las cuales Loosli estaba tan orgulloso como de las falsificacio*nes de la
Radziwill y del du Chayla, no contienen nada acerca de la autoría de los
Protocolos.
Pero el hecho de que el autor y la fecha de origen del
documento aún hoy está envuelto en un misterio no autoriza a considerar los
Protocolos como una falsifica*ción dirigida contra el judaísmo, tanto menos
cuanto que su contenido coincide en forma absolutamente total tanto con la
restante literatura judía como también con los acontecimientos políticos. El
documento existe ahora desde hace varios dece*nios y su autenticidad nunca fue
rebatida de manera probatoria. En tanto, sin em*bargo, la falsificación no esté
probada, el documento ha de ser considerado como genuino. Porque la
ilegitimidad de un documento debe ser probada por su impug*nador, no empero, la
legitimidad por su defensor. Tampoco el proceso de Berna brindó una
clarificación; todas las pruebas aportadas para la falsificación no son
concluyentes y se basan ellas mismas sobre burdas falsificaciones de hechos.
Sólo el que tiene conciencia de su culpabilidad, el que teme la verdad, combate
con tales medios como fue el caso de Berna.
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