Programa

Proyecto político de: La Tortuga Patriota

El Proyecto político de La Tortuga Patriota es el siguiente:

La Tortuga Patriota (LTP) es una organismo federado en Resistencia Cristina  cuyo patriotismo se puede definir nr-Tradicionalista.
Puntos principales

1 Ideales
1.1 Programa político-económico de autosuficiencia
1.2 Meritocracia
1.3 Ecología y sustentabilidad ambiental
2 Valores sociales
2.1 Familia
2.2 Medios de comunicación

IDEALES

En Europa existe una mafia criminal, una casta de parásitos que no permite que Europa crezca económicamente, Europa esta secuestrada por el mercado, la bolsa, los  banqueros, por el tercer poder o poder oculto las logias clubs de Bilderberg que son los que manejan realmente Europa, ya que los politicos ZP y Rajoy  pertecen a ellas. Por lo tanto Europa no es libre ni soberana y esto no nos importaría si no influyera en los ciudadanos que son al final quienes pagamos los platos rotos de sus desatres de sus crisis etc.

Esta oligarquía plutocrática y privilegiada es la misma que ha construido la globalización y el neoliberalismo que sirve sólo para sus fines egoístas y las cuales está más que demostrado que son un fracaso económico.

Por ello  la LTP consideramos necesario construir un programa político-económico de auto-desarrollo y autosuficiencia que rescate al Estado y despoje a los mercados de su poderío criminal.

Programa político-económico de autosuficiencia

 La LTP promueve un programa de autosuficiencia (autarquía) (siempre dentro de lo que se pueda) para el Estado, por lo que se pronuncia en contra de la globalización y a favor de la Identidad etnocultural y espiritual de los pueblos. Algunos de los puntos clave de este programa son:
Combatir las privatizaciones y nacionalizar las empresas que explotan los recursos del país, y los sectores más estratégicos que fortalecerían al Estado (banca, petróleo, gas natural, energía eléctrica, minería, prensa, telecomunicaciones, etc).

Combatir las multinacionales extranjeras.
Abolir los monopolios.
Abolir el fraude fiscal y los privilegios fiscales.

Reducir drásticamente el número de congresistas. El congreso español  es uno de los más caros del mundo. Los legisladores deben estar para servir al pueblo y no al contrario, el pueblo no debe patrocinar con sus impuestos los lujos y gastos personales de los legisladores. Los funcionarios deben reflejar austeridad en compromiso verdadero con el pueblo, lo que ahorraría demasiado dinero que podría destinarse a cuestiones más importantes para el desarrollo.

Se necesita invertir en tecnologia para crear un país competitivo con un fuerte tejido industrial de calidad promover aquellos puntos donde somos punteros como el sector vinicola y lechero
El problema de España no es la "inmigración" sino la emigración, la fuga de talentos. Se debe detener la emigración de valiosos recursos humanos y la fuga de cerebros. Necesitamos que los españoles trabajen por su propio país en lugar de que vayan a otros países a servir como mano de obra barata. Que no tengan la necesidad de buscar en el extranjero lo que pueden encontrar en su país.
Se necesita apoyar sectores fundamentales: el campo, la industria, además de las PYMES, que son devoradas por el mercado globalista y no las dejan crecer.

Meritocracia

La LTP promueve la meritocracia como sistema auxiliar necesario de la democracia. El país necesita una élite de genios, de pensadores, de artistas, y en suma de los mejores elementos del pueblo. Para ello, se propone instaurar un programa de listas abiertas en las que cualquier ciudadano honrado de cualquier profesión y con los méritos necesarios, pueda presentarse a puestos políticos, aún sin pertenecer a un partido político. Que el acceso a todo puesto sea en base a las aptitudes, capacidades y conocimientos de los aspirantes y no a su posición económica o sus influencias sociales. Asimismo, se propone que haya un referéndum cada cierto período de tiempo en el que se decida si los representantes mantengan sus cargos públicos según sus méritos o se les destituya de ellos según sus faltas.

Ecología y sustentabilidad ambiental

  La LTP promueve un programa de administración eficiente y racional de los recursos naturales, su explotación controlada y con conciencia ecológica.

Se debe desarrollar y aprovechar las diferentes fuentes de energía limpia y renovable: eólica, solar, geotérmica e hidroeléctricas. Las energías renovables permiten reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles que son una de las principales causas de la contaminación ambiental, desequilibrio en el ecosistema además de conflictos mundiales. España cuenta con algunas de las zonas con mayor recurso de viento, y es uno de los países que recibe mayor radiación solar. El impulso a las energías renovables es clave para crear cadenas productivas en industrias altamente competitivas que proveerán de empleos bien remunerados a los Españoles.

VALORES SOCIALES

La actual crisis de valores tiene su origen en la abolición de la moral cristiana que tanto denostan y en los principios del marxismo cultural y de la oligarquía neoliberal que justifican el individualismo, el egoísmo, el consumismo y todo tipo de modas pasajeras que no benefician a la sociedad. Esa minoría que domina la economía y el poder, impone sus concepciones retorcidas del mundo y sus intereses particulares por encima del interés común, de las necesidades y del bienestar de la mayoría de la sociedad. Los valores de la LTP se resumen en una sola frase: "El bien común antes que el propio".

Familia

La familia es la unidad celular básica de la sociedad. Cuando la familia falla, todo lo demás falla. La familia debe ser fortalecida con valores morales. El matrimonio debe estar constituido por un hombre y una mujer, ya que sólo un hombre y una mujer son capaces de engendrar una nueva vida y los beneficios del matrimonio no pueden destinarse a uniones que no cumplen con esta función básica de la sociedad.

Se debe prohibir cualquier expresión que atente contra este pilar fundamental y que la oligarquía intenta vender falsamente como un "derecho".

Medios de comunicación

La oligarquía plutocrática controla los medios de comunicación y, por lo tanto, la opinión de la mayoría de la gente. Por ello es necesario pluralizar los medios de comunicación para escuchar todas las voces y se obtenga un mejor sentido crítico para forjar una opinión realmente auténtica y no manipulada. Expulsando el marxismo y el sionimo de los medios para llegar a una verdadera información no distorsionada.


Una posición respecto a la democracia . .



Una posición respecto a la democracia . .

“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, a no ser el resto”: Winston Churchill.
Democracia significa “poder del pueblo”, del griego demos pueblo, y kratos poder.
En sí misma, la democracia es esencialmente anticristiana. En el año 33 de nuestra era, cuando Poncio Pilatos amenazó a Jesucristo diciéndole que tenía el poder para liberarlo o mandarlo crucificar, Jesús le contestó “no tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido dado de lo alto” osea de DIOS.

Con esta sentencia, Jesús nos revela que la fuente de toda autoridad procede de la providencia divina que guía los destinos de la historia.

Contrariamente, John Locke y la escuela del liberalismo ateo postularon que el poder no viene de arriba, sino de abajo, del pueblo, de las masas que libre y democráticamente eligen quién debe gobernar en su lugar y representación. La relación con lo divino fue cortada de tajo, y se sustituyó por la voluntad del pueblo.

A partir de las diversas “revoluciones” financiadas por enemigos del cristianismo, se dio un rompimiento del anterior sistema de gobierno, el de los más competentes e iluminados por la sabiduría divina, al gobierno igualitario de las masas. A partir de entonces, el ciudadano siente que elige su gobierno, cuando en realidad queda sometido a la tiranía de la partidocracia y del liberalismo reductivista.

La democracia funciona mediante un sorteo entre iguales, no importa la valía personal de quien es propuesto para gobernar, o sus virtudes, o sus cualidades o valores éticos.(imag.rusos)

La democracia, decía Santo Tomás de Aquino, es el gobierno caótico y anárquico de la muchedumbre.

El liberalismo anticristiano usó a las masas para la legitimación de la democracia liberal como único derecho, única verdad y única religión.

La decadencia de la época actual es consecuencia de la deificación tiránica de la democracia liberal.

La democracia, al ser partidocrática y liberal, se encuentra viciada en los planos ético, cultural, político y jurídico. Escribe Santo Tomás de Aquino: “Si el régimen injusto es ejercido por la mayoría, se llama democracia, es decir, principado del pueblo. Cuando la masa plebeya oprime, por la fuerza numérica de la multitud, la democracia se convierte en tiranía” (De Regimine Principum, Lect. 2 Imag. asesinato del Zar ruso y su familia).

La democracia liberal es idolatría de masas, y conduce a la confusión axiológica (de los valores), lo cual deriva en la entronización social del relativismo.

No hay creencia en valores superiores que no sean la opinión pública y la voluntad del pueblo, de ahí que el relativismo sea por esencia totalitario. Éste pretende desarrollarse en un régimen de monopolio ideológico que sirve para dilucidar cualquier realidad social. Es incuestionable, es un pensamiento único por lo que, en la práctica, las democracias liberales no son sino una oligarquía partidocrática.

Todos los partidos políticos sin excepción, sean de derecha o de izquierda, conservadores o reformistas, siguen la plataforma revolucionaria básica:

1- Laicismo de gobierno y reducción de la fe a lo privado. No caben ni la centralidad de la persona humana, ni mucho menos los derechos de Dios o los principios morales o éticos. La fe no debe tener ningún influjo en lo social sino que debe ser recluída en las sacristías para no influir en las leyes, la educación, la política o la economía.

2- Partidocracia como único régimen político válido, y soberanía del pueblo como justificación de gobierno.

3- Educación pública laica, sin Dios y contra Dios. Se debe educar a los niños y jóvenes en el positivismo y en la teoría de la evolución, excluyendo la idea de un Dios Creador. Se debe suprimir el concepto de Ley Natural y se debe adoctrinar que el Estado es la fuente última de los derechos ciudadanos, el ente que gratuitamente otorga esos derechos.
Por ello, da igual por qué partido uno vote, finalmente ningún partido o candidato se atreverá a cuestionar o contradecir los principios básicos de la revolución. Ninguno se atreverá a aceptar los daños que la democracia está ocasionando a la civilización, ni mucho menos a proponer los mecanismos para transitar a otro sistema mejor.

Los partidos políticos son lo que se conoce como “cuerpos intermedios parásitos” de la sociedad. Intermedios porque se plantan entre el gobierno y los ciudadanos, y parásitos porque no aportan nada, a diferencia de las empresas, las escuelas y sociedades intermedias que sí son productivas y aportan beneficios concretos al tejido social.

Los partidos surgen de la sociedad pero, como células patógenas, resultan verdaderos carcinomas sociales. Son tejidos enfermos que impiden el funcionamiento de los tejidos sanos del organismo social. Su esencia es ser conflictivos, diseñados para enfrentarse unos a otros en una aparente divergencia de objetivos, cuando esa divergencia es meramente superficial y acerca de temas secundarios. Los fundamentos del liberalismo democrático no pueden ser cuestionados ni discutidos por ningún partido, allí existe una unificación que es incuestionable e intocable.


La consigna de la partidocracia es que los más posibles ciudadanos vayan a votar. No importa por quién se vote, lo importante es acudir al show de la democracia para que el sistema se siga auto justificando y perpetuando en el tiempo. El sistema se complace incluso cuando uno acude a anular su voto, porque así se legitima el sistema mismo.

Lo que se requiere para des-legitimar y cuestionar eficazmente al absurdo, contradictorio y autoritario sistema de la democracia es despreciarlo por completo, no acudiendo a votar. Solamente en la medida en que aumente la abstención se irá poniendo en jaque a ese sistema totalitario que nos ha sido impuesto. Hay que abandonarlo, repudiarlo, repelerlo con todas las fuerzas de la inteligencia y de la organización civil alternativa. Hay muchas otras formas de organización política alternativa que no son ese idolatrado y dañino sistema de la democracia.

La democracia liberal está destinada al fracaso y a su desaparición, al estar basada en aberrantes contradicciones intrínsecas. La violencia, la desintegración social, el caos, son todos fruto de la democracia liberal. Y todo aquello que va en contra del hombre, termina por desaparecer en la historia.

Pero el sistema se va a aferrar a su efímera existencia, por mero instinto de supervivencia, y va a adoptar posturas más radicales y de mayor autoritarismo. No son sino patadas de ahogado. Finalmente la humanidad tendrá que regresar a los valores “de arriba”, a la Ley Natural y a la trascendencia del hombre que el liberalismo despóticamente le arrebató.

Por todo lo anterior, resulta muy iluminadora la advertencia de la Declaración Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa, del Concilio Vaticano II: Si desterramos a Dios de la vida pública y no asumimos jurídicamente la existencia de una Ley Natural perenne, permanente e inmutable, y con carácter de obligatoriedad moral universal, toda aberración será entonces posible.

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