La vigencia de esta peculiar, pero a la vez bonita bandera, durante lo que resta del siglo XVII y parte del XVIII, aún con los Borbones, queda confirmada por una serie de documentos. El primero es una obra publicada en Ámsterdam en 1719 –L’art de batir les vaisseaux, et d’en perfectioner la construction…outre les pavillons de divers états, de Witsen, Van Eyck, Allard y otros autores-, el segundo el Dictionaire Encyclopedique de Marine publicado en 1793. Nótese que ambas obras han sido editadas tras la plena implantación de los Borbones en el trono de España, cuando la bandera blanca ha sido generalizada como pabellón particular de la Nación.
Tanto una como otra obra se refieren al Pabellón de los Galeones de España o Pabellón particular de España, pero es una lámina titulada como Banderas que las Naciones arbolan en la mar, fechada en 1756, la que nos muestra el diseño aparente de la bandera tricolor, tres listas, roja la superior, blanca la intermedia y amarilla la inferior, siendo sobre la blanca donde campea una águila coronada y orlada por el Toisón de Oro. Sin embargo y a diferencia de lo expuesto en las dos obras anteriores, en esta lámina la lista blanca se presenta un ancho doblado respecto a las franjas superior e inferior.
En conclusión sí existió una bandera verdaderamente nacional para los buques de las escuadras del Atlántico, con un esquema de tres listas que reproducen los tres colores nacionales españoles; el rojo, el blanco y el amarillo, que son a su vez representativos de los cinco reinos de España (Castilla, León, Aragón, Navarra y Portugal). Sobre el paño tricolor se presentan la Cruz de Borgoña, en el caso de la Flota de Flandes, o un águila coronada y orlada por el Toisón, para las naves de la Flota de Indias.
Curioso, y en cierta medida un punto a favor de la enseña tricolor, es lo ocurrido en 1808, cuando con motivo de la Guerra contra Francia se constituyen unidades por todo el territorio nacional, cada cual con una bandera propia escogida al gusto. Es entonces cuando un batallón de voluntarios valencianos escoge para su enseña los colores nacionales; sólo que con el orden invertido, siendo la lista superior amarilla, la inferior roja y la de en medio blanca, sobre la cual se coloca un símbolo regional o local: la imagen de San Vicente Ferrer.
Tanto una como otra obra se refieren al Pabellón de los Galeones de España o Pabellón particular de España, pero es una lámina titulada como Banderas que las Naciones arbolan en la mar, fechada en 1756, la que nos muestra el diseño aparente de la bandera tricolor, tres listas, roja la superior, blanca la intermedia y amarilla la inferior, siendo sobre la blanca donde campea una águila coronada y orlada por el Toisón de Oro. Sin embargo y a diferencia de lo expuesto en las dos obras anteriores, en esta lámina la lista blanca se presenta un ancho doblado respecto a las franjas superior e inferior.
En conclusión sí existió una bandera verdaderamente nacional para los buques de las escuadras del Atlántico, con un esquema de tres listas que reproducen los tres colores nacionales españoles; el rojo, el blanco y el amarillo, que son a su vez representativos de los cinco reinos de España (Castilla, León, Aragón, Navarra y Portugal). Sobre el paño tricolor se presentan la Cruz de Borgoña, en el caso de la Flota de Flandes, o un águila coronada y orlada por el Toisón, para las naves de la Flota de Indias.
Curioso, y en cierta medida un punto a favor de la enseña tricolor, es lo ocurrido en 1808, cuando con motivo de la Guerra contra Francia se constituyen unidades por todo el territorio nacional, cada cual con una bandera propia escogida al gusto. Es entonces cuando un batallón de voluntarios valencianos escoge para su enseña los colores nacionales; sólo que con el orden invertido, siendo la lista superior amarilla, la inferior roja y la de en medio blanca, sobre la cual se coloca un símbolo regional o local: la imagen de San Vicente Ferrer.
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